En abril de 1988 realicé un cursillo de fotografía con Cristina Zelich que llevaba por título "El papel salado", que es como se denomina también a la técnica de los Calotipos, o Talbotipos, en honor a William Fox Talbot, uno de los pioneros de la fotografía y creador de esta primera técnica de obtención de imágenes fotográficas en papel.
Talbot desarrolló la técnica del papel salado en 1834. Por aquella época utilizaba una cámara oscura (estenopéica) para dibujar y pensó en cómo fijar las imágenes que veía. Al utilizar nitrato de plata observó que parte de este producto se sombreaba. Esto se debe a una reacción fotoquímica en la que el ion plata de la sal se reduce a plata metálica.
Talbot pensó en sensibilizar un papel y colocarlo en la cámara oscura. Realizó diferentes pruebas con disoluciones de nitrato de plata, pero comprobó que la sensibilidad era muy baja. Probó también con mezclas de nitrato de plata y cloruro de sodio. El resultado era parecido pero los bordes del papel se ennegrecían más. Al final consiguió algo que funcionaba medianamente bien: primero salaba el papel con NaCl y luego lo sensibilizaba con AgNO3.
Su siguiente problema fue cómo fijar la imagen. Primero probó lavando el papel con una disolución de cloruro de sodio pero los mejores resultados se obtuvieron utilizando hiposulfito de sodio, que es un agente que elimina muy bien el nitrato de plata que no ha sido expuesto y fija mucho mejor y más rápido la imagen.
En 1989 decidí aplicar esta técnica a la obtención de unas series de imágenes.
Una serie la preparé para presentarla a un concurso fotográfico convocado por el Gobierno Vasco y en las que al final, utilizando anilinas, coloreaba la ikurriña que aparecía en la imagen. Esta serie fue seleccionada entre las fotos finalistas del concurso de aquel año y fueron expuestas, en una muestra colectiva, en las tres capitales vascas.
Otra serie la protagonizó Raquel, mi sobrina de 4 años que ya ha aparecido en alguna otra entrada de este blog y que secundaba con entusiasmo como modelo mis iniciativas creativas.
Para completar la exposición he añadido alguna imagen más que hice mientras hacía pruebas con cantidades, forma de sensibilizar el papel, tiempos de exposición, fijado...
De casi todas las tomas que presento aquí hay dos imágenes. En una la zona de sensibilización del papel es superior a la de la imagen que se va a obtener y, por tanto, aparece un recuadro ennegrecido alrededor. Es una forma de asegurarte de que la imagen a obtener estará completa. En la otra la sensibilización de la zona es inferior al tamaño de la imagen y eso da un efecto plástico muy interesante de brochazos y fuga del motivo.
En todos los casos partí de imágenes en negativos de 35 mm obtenidas con cámara réflex. En el cuarto oscuro, con la ampliadora, obtenía un positivo de tamaña DIN A4 en acetato (Kodaklight, de Kodak) que permitía el retoque fácilmente si era necesario. Con ese positivo, y por contacto, obtenía un negativo en acetato, también en tamaño DIN A4. Y este negativo es el que mediante una prensa, sobre el "papel salado" y sensibilizado, con exposiciones al sol directo de entre 10 y 30 minutos, con un día despejado ya que si no, toda la relación de tiempos no servía para nada, obtenía el calotipo.
El papel soporte utilizado es Canson para acuarela de 400 g, que impermeabilizaba y salaba con gelatina, citrato de sodio y cloruro de amonio, a brocha, para que la emulsión posterior no penetrara en la fibra. Después de seco se da la capa de disolución de nitrato de plata sensible a la luz, también con brocha por el efecto estético que produce, en una habitación a oscuras, aunque admite una ligera penumbra. Una vez seco queda listo para la exposición a la luz y obtener el calotipo.
El fijado de las imágenes lo realicé con fijador fotográfico comercial, pero diluido 1:20, de lo contrario "se come" la imagen en vez de fijarla.
Luego hay que lavar abundantemente para que no quede nada de fijador, ya que provocaría la aparición de manchas en el calotipo.
Todo este proceso es largo, pero los resultados transmiten una calidez y plasticidad que ponen en valor lo sencillo y primitivo de esta técnica.
Hoy en día estos efectos se pueden conseguir con un par de clics de ratón, de forma digital pero, claro, no es lo mismo. Yo produje calotipos únicos y con el formato digital el número de copias depende de lo que aguante la impresora de turno.
Después de más de 30 años, las imágenes que obtuve en aquel verano del año 1989 siguen estando de muy buen ver, algunas expuestas en las paredes de mi casa, y a partir de ellas he obtenido las copias digitales que presento aquí.
Para ir a la exposición "Calotipos", pincha aquí.
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