La cordillera de los Pirineos es una maravilla en verano cuando ya la nieve, salvo en contados sitios, no es un obstáculo para poder moverse con ligereza y seguridad.
Los días son largos y el calor de julio y agosto se lleva muy bien en esas altitudes.
He ido muchas veces para hacer montañismo y trekking al Pirineo y siempre me he encontrado muy bien ahí. Unas veces en compañía y otras por mi cuenta. Hace bastantes años porque era un recurso barato y asequible a mi precaria economía de aquella época y otras, ya con más posibles, por el placer de disfrutar del ejercicio y de la naturaleza.
En julio de 2009 pasé 15 días entre montañas, lagos, neveros, arroyos, bosques y pueblos de montaña.
Nuestra base estaba en Esterri d'Aneu, en el Pallars Sobirà del Pirineo leridano. Y desde ahí vistamos Escalarre, Gavàs, Isabarre, Isil, Escart, Llavorsí, Sort... y, por supuesto, todo el macizo de montañas que rodean a estos pueblos, el Refugi Gerber Mataró y el Parque Nacional de Aiguas Tortas y Lago de San Mauricio.
Los tres últimos días de esa quincena fui hasta Andorra para ver a mis amigos Gisela, David y su hijo Guillem... y hacer alguna comprilla ;)
El 25 de septiembre hay programada otra exposición en la que la protagonista es otra parte de esta cordillera: Selva de Oza y el Ibón de Acherito.
Para ir a la exposición "Un verano en el Pirineo", pincha aquí.
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