Viajé a Rusia en julio de 2019. Fue un viaje magnífico para visitar un país extraordinario.
La preparación del viaje es un poco laboriosa por los trámites que hay que hacer antes de emprender la aventura. Que si invitación para visitar el país, formulario con todos los días, hoteles y cambios que vayas a hacer, visado, pagos, oficinas para tramitar visados solo en Madrid y Barcelona, seguro de viaje con certificado de cobertura en Rusia... Pero hay un montón de webs en las que la gente comparte experiencias y ayuda a salvar todos los obstáculos. También está delegar en una agencia, pero a nosotros nos gusta planificar todo el viaje... nos sabe mejor antes y después! El resultado merece la pena. Luego, claro, está el idioma y el alfabeto cirílico. Afortunadamente mi compañera habla ruso perfectamente. Sin ella, no sé qué hubiera sido.
La primera parada fue en Moscú, la capital del vasto territorio ruso.
Moscú es una ciudad increíble, bien organizada y urbanizada. Donde se dan la mano la modernidad más absoluta con el poso de la historia milenaria de sus iglesias ortodoxas. Desde la city económica con rascacielos de cristal, a la Universidad Lomonósov con edificios del gótico soviético o estalinista.
Además, está el Metro, con mayúscula. Una obra extraordinaria con una arquitectura barroca y cuidada. Todas sus estaciones parecen museos y no hay ni un solo grafiti, ni una sola pintada, ni basura, ni malos olores, ni desorden... Se mueven millones de personas todos los días y funciona como un reloj... suizo? No, soviético!
Para ir a la exposición "Москва" (Moscú en cirílico), pincha aquí.